Esperaron que todos durmiéramos el sueño largo para mostrarse. Ahora lo comprendo. De cada cosa salían hilos, mínimos, imperceptibles. Acercándolas; cercándonos.
Cerrar los ojos y verlos crecer. Tomar algo por primera vez y allí, en la palma, entre los dedos, enredarse, en nosotros, en todos. De la punta de cada uno de mis dedos a cada una de estas letras.
Cruzaban el cielo aviones llenos de gente.
Tiraban de ellos.
Tiraban de ellos.
Mínimos.
Imperceptibles.
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