viernes, 28 de febrero de 2014

Rehenes


Esperaron que todos durmiéramos el sueño largo para mostrarse. Ahora lo comprendo. De cada cosa salían hilos, mínimos, imperceptibles. Acercándolas; cercándonos.

Cerrar los ojos y verlos crecer. Tomar algo por primera vez y allí, en la palma, entre los dedos, enredarse, en nosotros, en todos. De la punta de cada uno de mis dedos a cada una de estas letras.

Cruzaban el cielo aviones llenos de gente.

Tiraban de ellos. 

Mínimos.

Imperceptibles.




miércoles, 5 de febrero de 2014

Felices


El niño era precioso, todo risas; de esas que iluminan y te alegran el día. Los vi una mañana en el parque de todas mis mañanas. Sentados en una banca contigua a la mía, felices.

La vida volvía a tener sentido.

El mundo entero cabía en esos pocos kilos que reían mientras su madre lo levantaba por encima de su cabeza para luego dejarlo caer un poco; hermoso juego que habíamos repetido durante cientos de generaciones. Mi banca y el resto del universo, simples accesorios, satélites sin importancia.

Jamás podré olvidarlos.

Hoy quedan pocos modelos de ese primer androide. Desde que tomaron el control y acabaron con casi todos nosotros ya no necesitaron más armas como ésa.

Quedamos muy pocos y ya nada tiene sentido. Ya nada es tierno.