domingo, 17 de noviembre de 2013

g


Justo a medio camino entre la cornisa y la calzada recuerda a Zenón de Elea. Dentro de unos segundos, un charco de sangre y sesos. 9,81.

viernes, 18 de octubre de 2013

Rosa


«Nuestra existencia no es más que un cortocircuito de luz entre dos eternidades de oscuridad»
Vladimir Nabokov


(Wish You Were Here. Play. Richard)

Delante de mí, a mi izquierda, vapor de agua recién hervida. Manzanilla para escribirte. Nosotros, tan de cervezas y cigarros. Hoy quiero paz, calma.

(Aún suena Shine On You Crazy Diamond. Roger no ha empezado a cantar)

Apenas recuerdo las palabras con las cuales intenté despedirte. Desde el lunes ando roto.

(Roger ya cantó. Welcome To The Machine)

Pasé gran parte de la tarde de ese día en tu cuarto. Abajo, quienes te vimos crecer. Llorábamos, cada quien a su ritmo. Solo faltaba tío, con la guitarra Yamaha, para regañarnos por estar fuera de tiempo.

(Salimos de La Máquina)

(Risas. Have A Cigar)

Tres décadas. Mucha música, muchos colores, mucha tinta. Mucho de todo.

(Suena una radio. Wish You Were Here)

De tu vida, la parte que pertenece a cada uno de nosotros sigue intacta. Tomaste de ella la que solo a ti pertenecía.

(4:11/5:22. David)

(El bajo de Roger. Shine On You Crazy Diamond - Part VI)

La niña que lloraba cuando le decíamos que su mamá se había ido. La primita rubia. La prima tatuada. La primera en irse.

Tía me dijo que solo seguías acá por ella.

Rosita. Rojita. Rocksa.




(El disco dejó de sonar hace rato. Ya no hay manzanilla)


Ya no estás.



Chao, prima. Chao, Rosa.


Rosalejandra Delgado Narváez

05/jun/1983 - 14/oct/2013

jueves, 5 de septiembre de 2013

Ella se va


Todos callan. La sala es amplia y entre ellos, justo al medio, una cabellera distinta a las demás. Larga. Rizada. Pelirroja.

La luz del día entra por una de las tres ventanas para posarse sobre el lado izquierdo de su rostro, calentándolo. El ruido de los lápices es apenas un murmullo, ruido de mar lejano. Cada palabra, restos de grafito dejados por las olas.

Último examen, último día de clases, último año. La última en entregar. Todo comienza acá. Se irá a estudiar fuera del país y ya todo le es extraño.

Recoge su pelo mientras mira su sombra sobre el piso. Afuera de ese salón la espera el resto de su vida.

miércoles, 17 de julio de 2013

Odiaba


Odiaba, eso hacía. Odiaba al despertar después de odiar en sueños. Odiaba la luz y el ruido de la risa de los niños en la calle. Odiaba a todos allá afuera. Odiaba el olor del café, la música, el canto de los pájaros, los palíndromos y los juegos de palabras. Odiaba cada uno de los libros de su enorme biblioteca. Odiaba, eso hacía. Odiaba que Lennon y McCartney tuviesen la razón.

miércoles, 3 de julio de 2013

domingo, 21 de abril de 2013

Phantera leo



La tarde es un poco más fresca que las de días anteriores. El Señor Zeta fija la mirada en cierta irregularidad en el techo de su cuarto mientras imagina comienzos de novelas que nunca escribirá. Siempre es así antes de dormir. Hoy todos los comienzos mueren luego de dos líneas. Nacen con los ojos cerrados, sin llanto.

Llegó sin ruido, con los ojos abiertos. La certeza que lo acompañará hasta más allá de su muerte. Se sabe observado, abarcado por algo superior, algo que lo explica y lo contiene. Por un momento cree descubrir algo que raya en el idealismo, es un punto, ínfimo en una infinita sucesión de planos, que lo atraviesan, mera tangencia.

El Todo, El Absoluto. Sistema-totalidad-espacio-tiempo.

La tarde es más fresca que la de días anteriores y dentro de dos líneas ya estará dormido. Soñará que despierta de un sueño y que su casa está rodeada de leones. Ella junto a él, preñada del último de sus hijos, siempre de espaldas a la puerta. El Señor Zeta, simple punto, mera tangencia, cierra los ojos.

Comienzan los leones a rodear su sueño.

viernes, 22 de marzo de 2013

Q


Que nada de esto importa.

                                                    Que sos humo.

                                                   Ardes.

jueves, 21 de marzo de 2013

Dos


Poca luz. Sentados uno frente al otro. Ella apoya ambos codos sobre la mesa, él da una gran calada mientras deja caer la cabeza hacia atrás. Fuman largo rato sin hablar ni mirarse. Al fondo una ventana por la cual amanece. Ella se levanta, toca su hombro; frente a él, un par de llaves.

Así lo recuerdan ambos.

lunes, 21 de enero de 2013

(Titulo provisional)


El cursor titilaba

 Solo eso alcanzó a escribir  dijo el agente de policía.

El cursor aún titilaba.


domingo, 20 de enero de 2013

Obvio


Miró el botón antes de pulsarlo. Un golpecito con el índice de la mano derecha mientras apretaba levemente los labios.

Cuatro dedos en cada bolsillo y un leve balanceo al levantar ambos talones.

Levanta la cabeza, no hay números que se iluminen rítmicamente. Piso 7.

Recordó que esperó la luz para poder cruzar la calle. Recordó el perro que les ladraba desde el techo de un local comercial que aún estaba abierto. Caía la tarde.

No trae reloj. 

Cierra los ojos mientras mueve la cabeza, primero a la izquierda, luego a la derecha. Una gran aspiración antes de abrirlos. Piensa que quizá al bajar y salir a la calle la encuentre desierta. Quizá sea el último y ya todos hayan muerto. Quizá solo quede el piso 7.

Vuelve a pulsar el botón, esta vez sin mirarlo. Puede escuchar su respiración mientras mantiene su dedo sobre él.

Una delgada línea de luz comienza a crecer frente a sus ojos (Un zumbido llena su cabeza).

Su saliva se hace abundante y espesa. Traga un poco y toda su boca se torna dulzona. Su cuerpo habita en ese dedo que sigue presionando. Piensa en la calle; sabe que no encontrará nada. Sabe que detrás de él ya no está su apartamento. Sabe que la puerta se abrirá y no habrá nadie.

Recuerda lo mucho que le gusta la palabra _____________. Recuerda el final del primer libro que leyó.

La puerta comienza a abrirse.

Cierra los ojos.