lunes, 5 de abril de 2010

Cuestión de informarse...


 Es que el peo no es la falta de información, ni que tan difícil sea el que te localicen.  Decía por enésima vez esa noche, que se parecía demasiado a TANTAS otras La gente dentro de poco pagará, si es que ya no lo hace, para que no lo ubiquen, para que les borren todas las huellas digitales, hacerse el loco para con el Gran Hermano.

 Vuelve el perro arrepentido dijo X mientras se tanteaba el bolsillo de la camisa buscando su encendedor  ahora vas a salir con que te gusta la sonoridad de la palabra obvio, casi tanto como la de contrafuerte.

La noche se mostraba cerrada con la oscuridad propia que precede al amanecer, el alba se escondía ya muy cerca, presta a llenarlo todo con su pesada luz de lunes-rutina-normalidad. Quedaban ya pocos cigarrillos y la conversación había caído en esos lugares afines que los hacían soportarse uno al otro, mediando entre ellos una cierta y sincera estima.

El Señor Zeta se levantó he intento darle a sus pasos el ritmo de la percusión plena de beat's y sampleos electrónicos que llenaba el aire mientras atravesaba el humo con el que hace poco llenaban sus pulmones. Miró hacia la calle por la única de las dos ventanas de la habitación que daba a ella, cerró los ojos y trato de recordar el nombre del disco al que pertenecía la canción que sonaba, su rostro fue recorrido por el reflejo de las luces de un auto que doblaba en la esquina.

 Endtroducing, Entroducing, Endtroducing...,  repetía continuamente cual mantra, al mismo tiempo que balanceaba su cuerpo simulando torpemente algo parecido a un trance — ...el tipo se encerró en su apartamento con una pila de discos he hizo tamaño clásico. "Midnight in a Perfect World", lástima que en unas horas estaré rodeado de proles en un mundo por demás imperfecto, y sonoramente desdeñable... una buseta de mierda, llena de proles. PROLES, PROLES, PROLES...  ahora el balanceo cambiaba progresivamente hacia pequeños saltos que no eran más que la elevación de sus talones.

 Coño, pero siempre con la misma güevonada todos los lunes, imagino que dentro de poco empezarás a hablar paja de la gente bajita o de los gordos. No, mejor, dirás que eso de que la apariencia no importa, es fácil decirlo cuando mides 1,80 y tienes buen aspecto, qué como coño va a servirle eso a una de esas enanas gorditas, pelo malo con uno que otro hongo asomando en su piel, tipo que es harto frecuente por estos lares. ¿Sabes qué?, báñate para que no demores mucho tu retorno al imperfecto mundo ese de los habemos y los haiga que tanto te agrada  terminó de decir mientras esbozaba esa sonrisa irónica que con bastante frecuencia acompañaba sus conversas.

 Si vale. Mejor me baño y con la ducha termino de meterme de cabeza en esa mierda rebosante de gente llamada sociedad.

Dio unos pasos hacia la portátil, esperando llegar antes de la próxima canción random. Volteó hacia X al recordar algo que había leído recientemente.

 ¿Sabías que a Adorno no le gustaba el Jazz?

 Capaz y tampoco tuviese muchos halagos para con el puto reguetón.

 No vamos a entrar en profundidades ahora, me guardaré esta conversa para dentro de un rato en la buseta, capaz y el colector es un tipo versado en la Escuela de Frankfurt además de un fan duro de Looney Tunes.

 Si vale, puede que hasta que te eche el cuento completo de los tiros que le dieron a Baby Rasta.

 Cierra los ojos bien, y solamente pide un deseo  —cantó con voz aguda, antes de quitarse la camisa- Libres, responsables y sin excusas, además yo no soy un maleante... de la calle.

Coño, Baby Sartre es que te dicen a ti.

Más nada, existencialismo real, de la calle, del que no porta chigüireo, un lacreo dialéctico mesmo.

 Aire, agua, tierra y fuego.

Clever, clever, los cuatro elementos, solo que te pelaste porque hablábamos de Reguetón, no de Hip Hop.

Joder, es que no recordaba que tu eras Dj 14. Solo que sin el Salón Pirelli y la barbita dibujada.

Se miraron sonreídos, sabiendo que podían seguir por horas y por unas cuantas décadas-centurias de historia, seguros que por ahí vendrían menciones a Derrida, Plejanov, Montejo, Fouché, Islandia y cualquier cantidad de cosas hasta que alguno sacara a colación la Ley de Godwin.

Time to dig another one  —dijo el señor Zeta, encendiendo un cigarrillo  de pana que deberíamos hacer un stand up. Vigilantes intensos que no leen Mi Diario o las mayúsculas también se acentúan.

—Sí vale, aunque para el nombre pudiésemos hacer una lluvia de ideas 'arso nou as' brainstorm en twitter, ¿te imaginás —dijo X, levantándose y caminando hacia la ventana  Pasame un faso y terminá de bañarte, que mientras llega nuestro éxito mediático, necesitamos esos cesta-tickets.

¡Jeje! No son muchos los pillos que pueden decir que le corrieron a dos vigilantes que leen Pitchforkmedia y que discuten de materia oscura mientras escuchan Tristeza.

 Si no, digo, sí si.

Sonó una alarma lejana, la luz plena de lunes ya llenaba el cuarto. El Señor Zeta entró al baño silbando algo que a X le pareció Sigur Rós. Afuera, en la calle, se instalaba otro lunes, mientras el sicario sonreía pensando lo poco común de encontrar una pareja de hermanos gemelos como vigilantes. Esperaba no equivocarse.









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