... Sentado en el banco, observo la pantalla después de escuchar ese sonido electrónico que nos indica otro número-cliente en una secuencia-rara-entrecortada de números naturales que solo conocen los que programan esas máquinas de 'ticketsitos'. Miro repetidamente el papelito, dudando siempre del número que ahí está impreso, en un extraño rito de mirar fijamente esperando que pudiese cambiar el número en una suerte de doblepensar, algo así como el 2+2=5 que 'explicaba' O'Brien a Winston. Veo gente que va y viene, dinero que entra y sale, todos en una extraña danza donde el ritmo, la melodía y la armonía, la guían desconocidos y grises burócratas de ministerios recién nombrados-fusionados, administradores de empresas que venden por catálogos, universidades y otra gran cantidad de patronos y acreedores.
Los números y su sonido característico siguen martillando los oídos-ojos de todos los presentes. Al fin llega mi turno, me uno a la danza y repito los pasos que he visto toda la tarde. Suena otro número que indica que se acabó mi participación, me despido del cajero, guardo el recibo en mi cartera como recuerdo-prueba de haber bailado-pagado, me dirijo a la salida del banco despidiéndome con una sonrisa de los que aún esperan su turno para bailar, mientras me pregunto al sacar un cigarrillo ¿Cuál de estos viejos pensionados será el primero en morir dejándonos sin su renqueante baile mensual?
P.D: Por ahí leí en algún lado, que una de las características de nuestra especie que nos diferencia de otros animales, es la capacidad de prever situaciones, de imaginarnos el futuro y actuar en función de eso que imaginamos y previmos. En lo particular siempre me explico la 'realidad concreta' como posibilidades acaecidas, puede parecer muy amplio eso de la 'realidad concreta', y quizá para muchos solo baste la percepción y el cortoplacismo, pero hasta los momentos me ha funcionado medianamente eso de ser materialista y no niego que a cada quien le funcione lo que sea en lo que crea...
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